La tradicional institución de Tigre realizó una cena con más de 300 personas en la que participó el Embajador de Italia en Argentina, Guido La Tella. El diplomático destacó los fuertes lazos culturales y la importancia de la entidad en toda la región, siendo “el primer Club de Remo Italiano en Latinoamérica”.
El Presidente de la Institución, Eduardo Bovero, se dirigió a los presentes, destacando los esfuerzos de los pioneros que, en plenos festejos del Centenario, decidieron formar un lugar propio para fomentar el remo dentro de la comunidad italiana, una de las más prolíferas en la historia de la nación argentina. Asimismo, agradeció a todos y cada uno de los colaboradores para que estos festejos fueran posibles y destacó la presencia del embajador de Italia en la República Argentina, Guido La Tella en representación del Gobierno Italiano.
El diplomático, expuso a los presentes, los grandes lazos que unen a nuestro país con la península itálica, y a su vez recalcó los esfuerzos a ambos estados en unirse cada vez más a través de la cooperación, la identidad cultural y el reconocimiento de sus instituciones en el país, como lo es “el primer Club de Remo Italiano en Latinoamérica”.
El Secretario de Promoción Comunitaria, Daniel Gambino, asistió a los festejos, en representación del Municipio de Tigre. “Es un honor acompañar a los amigos del Canottieri, por cien años de puro deporte y vida social. Vale destacar que este club, como tantos otros comienzan con un deseo de trascender en la vida comunitaria y es política de Sergio Massa, apoyar, cooperar y escuchar a través de políticas claras que fomenten la vida de un Club”.
Participaron del evento, funcionarios de la Embajada de Italia en Buenos Aires, destacados miembros y representantes de la colectividad italiana y dirigentes de los clubes de remo de la zona.
El Canottieri Italiani
La idea de fundar un club de remo que porte los colores italianos surgió como una idea de un Noble Italiano, al participar de una regata y no ver representación de la comunidad italiana. Dos años después, quedó conformado el Club Canottieri Italiani, en el soberbio edificio de estilo veneciano. A partir de 1921, el club incorporará la Mansión de la Familia Vivanco.
Con el paso del tiempo, el “Canotto”, ha ido adquiriendo prestigio dentro del ámbito de los remeros, siendo uno de ellos, Tranquilo Capozzo, ganador olímpico en Helsinski 1952.
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