martes, 17 de agosto de 2010

El teatro como herramienta de liberación

"El teatro es una herramienta de liberación", dijo uno de los reclusos de la Unidad Penitenciaria N° 48 que se presentó en la obra El Acompañamiento, dirigida e interpretada por internos de esa unidad carcelaria. El director de escena de la obra pidió más oportunidades y prevención y afirmó “si educamos a los niños, no va a ser necesario castigar a los hombres”.

Previo al desarrollo de la obra de teatro “El Acompañamiento”, interpretada por internos de la Unidad Penitenciaria N° 48 en el ‘Auditorio Malvinas Argentinas’, de Gral. San Martín, la secretaria de Desarrollo de la Comuna, Lidia Naim, destacó el ejemplo brindado por los reclusos, quienes, “en el marco del cumplimiento de su pena, reparan los errores que pudieran haber cometido y, a la vez, saldan su deuda con la sociedad a través del arte”.

En ese ámbito, realizó un extenso llamando a “trabajar sobre las causas, para que ellos no reincidan, focalizando en dos elementos fundamentales: la educación y el trabajo”; Naim, acompañada del jefe de la comuna, Ricardo Ivoskus, comentó además sobre las distintas actividades que desarrolla su cartera conjuntamente con la Unidad Penitenciaria mencionada, todas tareas vinculadas con la reinserción de los internos, a través del desarrollo de diferentes actividades.

“Desde nuestro lugar nos brindamos al máximo. Y aprovechamos a tope el campo de acción conjunto que construimos con la penitenciaría. Pero también en necesario que muchas más entidades se involucren con este tipo de iniciativas”, agregó.

“Herramienta de liberación”

Acompañando a los actores, se hicieron presente el jefe del servicio de Penitenciaría Bonaerense, Javier Mendoza, el titular del Complejo Penitenciario Conurbano Norte, Claudio Molina, quien presentó un material audiovisual relacionado con las distintas actividades de su instituto, y el responsable de Política Penitenciaria, Rezónico Bernard.

“El Acompañamiento”, de Carlos Gorostiza, contó con la actuación de José Castiglione, que encarna a un trabajador a punto de la jubilación que, en un momento de crisis, enloquece y se aparta de su familia y su trabajo, aislándose en su casa y ensayando para llegar a ser un cantante de tango famoso. Su mejor amigo, Sebastián (Ángel Iñiguez), decide entonces visitarlo, con la esperanza de intentar que vuelva a la realidad. A partir de allí, una serie de diálogos le dan vida a una obra notable con final imprevisible.

Ángel calificó al Teatro como “una herramienta de comunicación y expresión, pero sobre todo de liberación. El arte es una manera de borrar esas fronteras y hoy podemos apreciarlo más que nunca”; José, su compañero de elenco, insistió en que el objetivo principal “pasa por poder derribar muros”.

Presente en la actividad, el Intendente Ricardo Ivoskus elogió “el profundo sentido de este programa, a través del cual se le ofrece a los reclusos la posibilidad de recuperar sus vínculos con los valores humanos a través de la cultura.”

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