Debemos considerar como un acontecimiento insólito en la actual historia de la humanidad, la increíble magnitud que se está observando en el envejecimiento de la población en general. Influyen en este fenómeno sin precedentes, la disminución de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida por los adelantos médicos y la mejor calidad de existencia en las nuevas generaciones. También intervienen, en el envejecimiento de la población y sus consecuencias, la influencia de otros factores añadidos, como son la transición de un sistema social agrario a otro industrial y urbano, el incremento de la movilidad, los procesos migratorios y otros factores concomitantes como la reducción del tamaño del grupo familiar, el paso de la familia extensa a la familia nuclear y la incorporación de la mujer al trabajo, todo lo cual produce considerables cambios en la atención e interés por las personas mayores en el contexto familiar y el desenvolvimiento independiente de este núcleo de población mayor, limitado como está, por factores económicos, de salud e incluso culturales y de generación
La expansión de expectativa de vida en la Argentina ha dado como consecuencia el surgimiento de nuevas necesidades de esta franja de habitantes, los adultos mayores. Actualmente, no se satisfacen todas sus necesidades en cuanto a educación y no se explotan en su nivel óptimo para su propio beneficio todo el potencial de capacidad de aprendizaje tanto de disciplinas intelectuales como físicas. Y ni qué hablar de la computación…
En esta etapa del desarrollo del envejecimiento, es preciso diseñar técnicas de enseñanza y tutoría para el aprendizaje que por lo general, es de carácter intergeneracional. De similar manera, debemos reconocer que los adultos mayores además de desempeñar un rol significativo como reservorios de conocimiento y habilidades, también pueden operar como mentores y monitores del aprendizaje. Considerando que los adultos mayores continúan con actividades vinculadas con trabajos o profesiones precedentes, tiene suma importancia que el entorno del aprendizaje y los programas de formación de formadores estén vinculados con las habilidades y conocimientos que las personas de edad poseen con antelación.
Desde luego que es muy necesario entonces que nuestros adultos y adultos mayores, tengan acceso a las nuevas herramientas tecnológicas, y para ello es necesario contemplar muy detenidamente las aptitudes y necesidades de estas personas y proceder acorde a estos nuevos desafíos y posibilitando de esta manera un acceso armónico y adecuado, de nuestros adultos y adultos mayores a la era de la computacion y de las comunicaciones.
Profesor Juan P Abramor
C.A.P.A.CIT.A
Comunidad Abierta para el aprendizaje
y la Capacitación de Adultos
4797-0019
capacita@sion,com
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